sábado, diciembre 12, 2015

El Eterno Juego (?)


Este es el eterno juego…
Será? 
Hubo un tiempo que fue hermoso… (y fui libre de verdad?).
Tal vez debería aceptar, casi con resignación, que quizás he perdido el “timing”.
No sé cuando pasó, pero o evidentemente sucedió o las cosas han cambiado sobremanera de algunos años (no tantos…) a esta parte.
Siempre fui un tipo con las cosas claras. Y siempre tuve también la capacidad para saber expresarlas claramente.
Como dice el refrán “al pan, pan y al vino, vino”.
Pero las cosas ya no son así.
Antes se trataba de recorrer un camino que contenía ciertos condimentos mágicos (por llamarlos de algua manera, sin caer en la cursilería). Era el camino que llevaba al objetivo. 
Yo refiero mucho a lo sublime.
Siempre pensé que - en estos juegos de seducción - era necesario mantener cierto equilibrio entre la cosa animal y cierta cuota de romanticismo, y que cualquier desvío - sea mínimo o exagerado -, llevaba irremediablemente al fracaso.
Y debo decir que fueron más (muchas más) las ocasiones en donde este accionar derivo en un resultado satisfactorio para ambas partes.

Pero lo dicho, cambia, todo cambia… 
No es nueva esta sensación que tengo, pero cada vez es más notoria.
Al menos, mis últimas experiencias en lo personal, así lo demuestran. 
Los tiempos justos de entonces, son ahora inapropiados. El límite entre lo cauto y lo desubicado - a mi entender -, ya no pasa por los cánones normales, sino por el humor de la otra parte. 
Y si compartimos (acepto disidencias al respecto), que los cambios de humores femeninos de hoy en día, son hartamente parafernálicos, pues al menos yo, estoy desfasado en los tiempos.
En definitiva, voy a terminar por aceptar que hay que ir como un caballo desbocado que perdió las riendas (sin absolutamente ninguna medida de consecuencia alguna y de efectos colaterales futuros) y que cuanto más grande sea el grado de inconsciencia mutua, más amplias han de ser las posibilidades de éxito. 
Aunque eso, eso seguramente no tenga ningún atisbo de contenido.
Todo se consensúa desde lo irracional e impensado. Todo es impulso y más nada. 
Tal vez deba volverme definitivamente aquello que nunca fui. 
Hay que ser un poco más hijo de puta. Lo tengo claro.


    

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