sábado, febrero 15, 2020

Poder decir Adiós, es crecer.



Se mostraba dulce y compañera...
Termina siendo gratuitamente agresiva y ni siquiera es capaz de percibirlo. Al otro día, siempre venían las disculpas.

Le gustaban cosas de tu personalidad...
Le incomodan tu seriedad en las fotos y hasta tus horarios de sueño (WTF???).

Te daba paz y tranquilidad...
Te genera confusión e intranquilidad.

Se mostraba segura de sí misma y estable...
Demuestra una inestabilidad emocional alarmante y una inseguridad galopante.

Siempre le preguntaste "qué le pasaba". Pocas veces te lo decía, y cuando lo lograbas era a tirabuzones.
Termina reprochándote que no le insististe en saber qué cosas son las que la preocupaban.

Aparentaba ser comprensiva...
Comprensión cero. Termina con frases "cuando estés preparado para hablarlo", "cuando estés relajado", "cuando estés capacitado para entenderlo" (???).

"Me hiciste dar el paso que hacía falta diera hace años", decía...
"No sé si estoy preparada para relación alguna".

Quería una relación conprometida desde la fidelidad y los lazos afectivos, pero sin obligaciones de tiempo y espacio demasiado exigentes...
Te reprocha (?) que nunca le planteaste verse más seguido ni un tipo de relación un tanto más jugada.

Planeaban irse de vacaciones o hacer alguna escapada juntos...
"No quiero dar cuenta de nada, quiero conocer nueva gente, y si me cuadra irme al Congo sola, hacerlo" (?).

"Sí, sí... estaría bueno! Conocer el Norte es algo que siempre quise, y poder hacerlo con vos me encantaría"...
"Capaz me voy a conocer el Norte con mi hijo".

Todo lo que hago, lo hago con amor, no entiendo otra manera de hacerlo", decía.
Es incapaz de transmitir algo parecido siquiera al amor.

"Tengo mucho para dar", decía...
"No puedo darle nada a nadie en este momento".

- "Igualmente quiero seguir sabiendo de vos, ver cómo estás! Necesito eso y necesito saber que no pensas que soy mala persona"....

- Definitivamente no vas a saber nada más de mí: yo a los cadáveres los velo, les cierro el cajón y los entierro.
Y no pienso que sos mala, sino que te tuve demasiada paciencia y que las 4 o 5 veces que pensé en darte salida, debí haberlo hecho.
Mi autoreproche es ese y haber sido demasiado comprensivo. Darte segundas, terceras y cuartas oportunidades ante tus lágrimas fáciles cada vez que te insinué que eso podía suceder.

Mis formas de arrojarte al vacío son éstas. Te detestaré algo por éstos días, luego un poco más y finalmente acaso mucho.
Quizás más adelante hasta te tenga lástima, y después de un tiempo ya no me generarás nada.
Odiarte? - que es lo que tanto te preocupa - No, yo no odio a nadie!

Vos por lo pronto me pensarás más de una vez, como dijiste. Y también "me estarás siempre agradecida", por haberte sacado de tu rutinariamente tóxica, apatía sentimental.
Pero no me debes nada, quedate tranquila.
Esas son cuentas que sólo un hijo de puta pretendería cobrárselas.

Adiós.