Proferidas casi con despreocupación.
Cinco palabras arrojadas por impulso, sin oposición.
Cinco palabras cayendo al vacío de la mínima resistencia.
Casi sin movimiento, en reposo.
Espero el tiro del final.
Aguardo pacientemente se oculten las pruebas del nuevo crimen.
Después de todo de eso se trata,
de limpiar las huellas.
De no dejar rastro alguno.
(Últimamente los días y las noches se parecen demasiado. Si algo aprendí en esta ciudad, es que no hay garantías. Nadie te regala nada. Todo podía terminar terribelmente mal, pero este caso tenía que resolverlo).
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